viernes, 26 de agosto de 2016

Misericordia para este día

         Hechos 9:3-6
Y sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielo; y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y El respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues; levántate[b], entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
       
        Te puedes imaginar al celoso fariseo Saulo al comienzo de aquel día especial en el que la misericordia brilló sobre él. Él había pedido una audiencia con el sumo sacerdote. El joven que persigue la multitud de Jesús pide permiso para llevar su cruzada a Damasco. Él promete meter a la cárcel a todos. De hecho, piensa que va a ser capaz de apagar todo este fuego por Jesús.
         Imagínate la escena cuando Saulo y su banda de hombres cabalgaron desde Jerusalén hacia su próxima misión. Ellos fueron animados en el camino por el sumo sacerdote y todos los escribas y fariseos. Pero entonces, justo a las afueras de la localidad de Damasco, el brillo radiante de la misericordia cayó sobre Saulo
¡YO SOY JESÚS!

         ¿Cómo se presentó la misericordia a este hombre perdido y equivocado? No trató de confundirlo. No lo acusó. No trató de destruirlo. En cambio, la misericordia totalmente pagada y gratuita del Señor puso a Saulo rostro en tierra. Y una voz le habló, diciendo: Saulo, Saulo, Yo soy Jesús. ¿Por qué me persigues?
        El mensaje de Cristo a este zelote fue claro: Es a Mí a quien estás tocando, Saulo. Con cada cristiano que has encarcelado, me lo has hecho a Mí.
         Saúl se sintió abrumado por esta revelación. Al quedar temporalmente ciego, fue llevado a casa de un hombre de oración, lleno del Espíritu Santo en Damasco, llamado Ananías. En una pequeña habitación allí, Saulo invocaba el nombre de Jesús. Ananías le explicó confiadamente el alto costo de la misericordia que él había recibido y le dijo: Ahora, Saulo, tú vas a padecer por causa de Su nombre.
        Con una conciencia afligida, Saulo seguramente pensó en la lapidación de Esteban, los numerosos creyentes que él había echado en la cárcel y las multitudes de las que él había abusado. ¡Pero este hombre recibió misericordia aquel día!

      CONCLUSION
  1. La Palabra de Dios declara que el bien y la misericordia nos pueden seguir todos los días de nuestra existencia.
  2. La Misericordia del Todopoderoso no es aplicable en la vida de alguien que este en un contexto equivocado.
  3. La Misericordia llegó a la vida de Saulo cuando éste tuvo un Encuentro personal con el Señor Jesucristo.
  4. Todo hombre y mujer tiene la oportunidad de vivir este Encuentro en donde su vida dará un giro favorable que lo llevará a la eternidad.
  5. Si no has tenido este Encuentro con Jesús, puedes hacer esta sencilla oración: Padre Celestial, reconozco que he pecado contra el cielo y contra ti, he decidido aceptar tu amor y misericordia, por lo tanto me arrepiento de toda mi maldad y ahora mismo reconozco el sacrificio que el Señor Jesús hizo por mi en la cruz del calvario llevando el peso de mi pecado en Él, abró la puerta de mi corazón e invito a Jesucristo a entrar para ser mi Señor y Salvador, te doy gracias por tu perdón y salvación, ahora declaro que soy salvo y que el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la Casa de Dios moraré por largos días. Amén


REFLEXION
  •  A veces nuestro estilo de vivir que está apartado de la Presencia de Dios nos hace pensar que no somos merecedores de la Misericordia de Él, ¿hay algo en tu vida que está impidiendo que disfrutes de este favor del Señor?
  • Hubo un cambio significativo en la vida de Saulo al tener un Encuentro con Jesús, ¿cómo es tu vida al lado del Salvador? ¿Hay evidencia de que eres agraciado por la Misericordia de Dios?
  • Si hoy hiciste la oración de fe y ahora confiesas que Jesús es tu Señor y Salvador, ¿cómo piensas llevar tu vida a partir de hoy? ¿estarás dispuesto a hacer la Voluntad de Dios así como lo hizo Saulo?
  • El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida (salmo 23:6), ¿puedes creer en esta promesa para ti? ¿podrías compartirla con alguien que este pasando por alguna crisis o problema?

10 comentarios:

  1. Dios gracias por tu misericordia que es nueva cada mañana!!!!!!

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    1. Asi es pastora, es por eso que podemos disfrutarla cada día...

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  2. Dios gracias por tu misericordia que es nueva cada mañana!!!!!!

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  3. Sin duda alguna un encuentro con Dios es un párte aguas en la vida de las personas, dejamos nuestra antigua forma de vivir, para comenzar una vida de victoria en victoria en Dios.

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    1. Así es mi estimado Juan Carlos, por la Misericordia de Dios todo vuelve a su condición original...

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  4. Sin duda alguna un encuentro con Dios es un párte aguas en la vida de las personas, dejamos nuestra antigua forma de vivir, para comenzar una vida de victoria en victoria en Dios.

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  5. Me quebrantó totalmente e imagine a una de tantas personas que le he compartido. Gran enseñanza de lo que hará en su vida también. El bien y la misericordia de Dios me sigue todos los días no hay que temer.Solo seguir hablando de Jesús a los inconversos y ellos mismos se darán cuenta de quien es Jesús, tendrán un encuentro personal con su Salvador. Eso ya me quedó claro y los inconversos lo verán cayendo cion rostro en tierra como Saulo. Asi que a seguir teniendo misericordia de los demás.

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    1. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos recibirán misericordia...

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  6. Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna.

    1 Crónicas 16:34 [RV60]

    Saulo, a la verdad, hacia lo que hacía, porque tenía un celo profundo por el amor del Padre. Dios conociendo su corazón, en apariencia endurecido, pero más bien, engañando, tuvo misericordia de él, y aprovecho ese celo para redirigir su vida a la obra de la extensión del reino.
    Dios no se equivoca y toma de nosotros lo que a veces parecen defectos, para hacer una obra excelente. Así es como muestra su misericordia en cada uno de nosotros.
    Bendiciones

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    1. ...por su Misericordia no hemos sido consumidos...¡aleluya!

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