lunes, 12 de septiembre de 2016

Nuestro Siloé



Juan 9:6-7
6Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos, 7y le dijo: Ve y lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). El fue, pues, y se lavó y regresó viendo.

         Este pasaje nos lleva hasta los días de su construcción en el año de 700 a.C., cuando el rey Ezequías sabiéndose a punto de ser invadido por los asirios, quiso proteger el abastecimiento de agua en la ciudad y mandó a construir un túnel que llevaría el agua desde su origen, en la fuente de Gihom, para desembocar en el estanque milagroso de Siloe, dentro de la ciudad.
         El Apóstol Juan narra un suceso muy hermoso en donde un ciego es enviado a lavarse a este estanque después de que Jesús había puesto lodo sobre sus ojos. Me he preguntado varias veces, ¿por qué no sanó Jesús a este ciego en el lugar mismo en el que oró por él? ¿qué sentido tuvo el indicarle que debería de ir a lavarse hasta Siloe?
         Ante estas interrogantes, comprendo que los milagros del Señor Jesús pueden clasificarse en: instantáneos (al momento) como el caso de la mujer siro-fenicia; bajo un proceso (como el de este ciego) y los que no suceden (por la incredulidad de las personas). Así como Jesucristo usó varios métodos para sanar a las personas, también lo hizo en cuánto a los tiempos para manifestar Su Poder. Sin duda alguna, en cada una de las formas y métodos que utilizó el Hacedor de Milagros, llevó en sí una enseñanza de Fe, Dependencia, Esperanza, Paciencia y Obediencia para las personas que fueron tocadas por Él.

         Recuerdo que cuando pasé por un lapso de enfermedad (depresión), busqué la sanidad en Jesucristo. NO quise tomar ninguna clase de medicamentos. Sabía que era una oportunidad para recibir un milagro de Él, algo quería perfeccionar en mi vida. Confieso que mi anhelo era el de haber sido sanado de manera inmediata. Yo buscaba a diario quien orará por mí, esperando la manifestación gloriosa de mi Señor Jesús. Fue el pastor Pereira quien fue usado por Dios para orar y darme instrucciones a seguir en este proceso. Una de esas instrucciones fue la que tenía que cerrar ventanas de relaciones rotas con ciertas personas, entre las cuales aparecía en primer lugar mi papà. Al final me dijo, mientras cierras estas ventanas, camina hacia tu Siloé, cuando llegues, el Señor te habrá sanado. Se me hicieron eternos los días en que tuve que caminar hasta mi Siloé, la enfermedad en sí era complicada y angustiante. Hubiera deseado que ese estanque estuviera lo más cerca posible a mi vida. La distancia fue exactamente la necesaria para que se cumpliese el propósito de Dios en mi existencia. El día que llegue a ese embalse tan especial, pude tomar de esa agua que lavaba no solo el lodo, sino también las manchas, las heridas, lo imperfecto y por supuesto que la enfermedad también. Al igual que este ciego, yo también pude Glorificar a Dios por su milagro en mi. No fueron en sí las aguas las que sanaron, fue su Poder. Mi obediencia para llegar allì, solo fue un motivo para robarle una sonrisa a mi Señor, a mi Salvador…a mi Sanador.

       CONCLUSION
  • Siloé metafóricamente representa un proceso por el que muchos tienen que caminar antes de recibir sanidad en sus vidas.
  • La obediencia del ciego fue fundamental para llegar al lugar indicado y recibir su milagro.
  • Fe, paciencia, dependencia, esperanza y obediencia son las cualidades que necesitas si es que te encuentras en un proceso para llegar a tu Siloé.
  • No es lo más importante el método o la clase de proceso, es el PODER de Jesús obrando en la vida de los enfermos.


       REFLEXION
  1. Ante la posible circunstancia o enfermedad que enfrentas, ¿estás siendo obediente para llegar a tu Siloé?
  2. La distancia existente en tu y Siloé, siempre será la necesaria para que puedas cerrar ventanas en tu vida y recibir tu milagro, ¿muestras paciencia para seguir avanzando en tu proceso?
  3. Algunos desesperan y no quieren entrar en los procesos que Dios nos pone para mejorar y llegar a nuestros estanques de bendición, ¿has dejado de confiar en el Poder Milagroso de Jesús para recibir sanidad? ¿te estás apoyando más en una serie de medicamentos que en la Gracia sanadora del Señor?
  4. Muchos han recibido palabra de sanidad en sus vidas; pero no la han recibido por no querer caminar hacia su Siloé, ¿qué consejos les darías a esas personas?


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       Pastor Oscar Hernández.

      Si deseas invitarlo a compartir conferencias o talleres con temas que el escribe y de liderazgo, llma al 017351525825 o escribe al correo: oscarhp07@hotmail.com 


2 comentarios:

  1. pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
    Is. 40:31 RVR1960
    http://bible.com/149/isa.40.31.RVR1960

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  2. Grata conclusión y revelación de Dios , también me llegue hacer la misma pregunta, pero recibía de Dios esta misma conclusión pero Aveces me entraba la duda en cierto modo de que fuera eso , pero ahora puedo entender que era Dios confirmando esa palabra . Gracias

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