Génesis
2:15-17
15Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén,
para que lo labrara y lo guardase.16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De
todo árbol del huerto comerás; 17Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no
comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás.
Hay una frase que es muy popular en
medio de nuestra congregación que dice: ¡la obediencia paga bien! Pero, ¿por qué
obedecer? ¿A quién debo de obedecer? ¿cuál es la recompensa a mi obediencia?
Viene a mi mente el cuadro del Edén,
Dios había creado este jard ín
para que allí habitará el hombre. Y naturalmente, que el Creador estableció las
normas para todo el que habitase en dicho lugar. Pero no solo había reglas,
también muchos privilegios que iba a poder disfrutar Adán y Eva junto con sus
descendientes. Una regla en lo particular que me llama la atención es la de que
ellos no iban a poder comer del fruto de un árbol: del bien y del mal, de todos lo demás si, pero de este no.
Acaso el fruto no era bueno o estaba
podrido? La respuesta es No; Dios estaba colocando una oportunidad de Obediencia para el hombre.
Adán y Eva fueron permitidos y ordenados
a comer el fruto de muchos otros arboles. Lo que hace que este acto sea
pecaminoso (comer del árbol prohibido), es que iba en contra de la Palabra de
Dios. En este caso, la razón para
obedecer a Dios no es simplemente práctica (pues la fruta no era venenosa, ni
estaba podrida); la razón para obedecer a Dios es porque Él había dicho que no
debían hacerlo, y su no, es no. Dios no
tiene que darnos una razón para prohibir algo. Si lo prohibe, nuestra respuesta
debe ser obediencia.
Seguramente uno puede obedecer solamente
por obligación. De hecho, la marca de una persona que solo obedece porque
siente que debe hacerlo es buen comportamiento con poco gozo. Pero eso no significa que hay algo malo con la
obediencia. Simplemente muestra que uno está obedeciendo por las razones incorrectas. La verdadera obediencia no se lleva a
cabo con motivaciones egoístas, sino con amor para nuestro Señor, sabiendo que
al hacerlo, estamos caminando hacia el verdadero gozo. Este
gozo está arraigado en el hecho de que Dios es confiable y sumamente más sabio
que nosotros, y cuando obedecemos, estamos confiando que sus caminos son
mejores que los nuestros (Is. 55:8).
Tim
Keller, dice: no obedecemos a Dios
simplemente porque estamos de acuerdo con El o porque nos sentimos obligados.
Obedecemos a Dios porque lo amamos y sabemos que El nos amó primero.
CONCLUSION
- La Biblia no nos da una razón explícita por la que Dios puso el árbol del conocimiento del bien y del mal en el huerto de Edén.
- Sin embargo, al hacerlo Dios nos mostró dos cosas esenciales de su naturaleza:
a. El es la autoridad maxima.
b.
Él es confiable.
REFLEXION
- La obediencia paga bien, ¿cómo te está pagando tu obediencia?
- Los estatutos que Dios establece son como medida de nuestra propia seguridad, ¿batallas en obedecer los preceptos de Dios?
- Todos los mandamientos que Dios establece, son una oportunidad que Él nos da para que mostremos obediencia, ¿conoces la Palabra de Dios lo suficiente para desarrollar una excelente obediencia?
- Obedecer nos da la pauta para confiar plenamente en nuestro Dios, ¿estás dispuest@ a obedecer y a confiar en Dios?
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Pastor Oscar
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