Génesis 22:3-4
Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno
y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el
holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. Al tercer día alzó Abraham
los ojos y vio el lugar de lejos.
Una brújula es un
instrumento que, gracias a presentar una aguja imantada que
gira sobre un eje y señala el norte
magnético, permite determinar las direcciones de
la superficie terrestre. Es obvio que cuando mencionamos la palabra brújula,
nos imaginamos a este instrumento como la ayuda perfecta para alguien que se
encuentra perdido en medio de la mar, o un bosque o un desierto. Es sencillo
pensar que una brújula debe de estar al alcance de alguien que está extraviado
y que quiere volver al camino que lo lleve a un feliz termino; o que cuente con
ella para ser guiado sin problemas a su destino.
Imagínate al Señor enviando a Abraham
a un lugar “…que Yo te diré” (Génesis 22:2b). Observa
lo que ocurrió: “Al tercer día alzó Abraham sus ojos y
vio de lejos el lugar” (Génesis 22:4) ¡Lo encontró! No hay nada
como el momento en que ves algo que estabas buscando; “las campanas suenan” y tu brújula espiritual
interna marca: ¡Aquí está!. Cuando te encuentras
en el mar, todas las aguas parecen iguales, cuando estás en medio del bosque
todos los árboles también son parecidos y sus caminos son inciertos…y ahí es
donde necesitas una brújula, la tengas o no la tengas. Dios le había dado
a Abraham una brújula espiritual que le guió día con día en esa travesía que
hizo desde su tierra natal hasta le tierra en donde fluía leche y miel, y
ahora, una vez más tenía que hacer uso de esa brújula para llegar al monte
Moriah en donde iba a sacrificar a su hijo Isaac en obediencia al Señor. Estoy
seguro que no fue fácil para este patriarca hacer uso de su brújula, pues en
momentos de riesgos y peligros, en situaciones de insolación y perturbación, en
circunstancias de abatimiento y miedo, en tiempos de cansancio y frustración…es
difícil hacer uso de esa guía sobrenatural que Dios nos brinda. Lo admirable de
Abraham, es que él nunca dudó que Dios cumpliría su Palabra para guiarlo y
llevarlo hasta aquel lugar.
Estoy seguro que
cada uno de nosotros hemos recibido también una brújula de parte de Dios. Él
nos dice en su Palabra: “Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que
debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti” (Salmo
32:8). Empieza a usar la brújula espiritual que Dios ha puesto
dentro de ti. Sí, es arriesgado, pero se te abrirán puertas que ninguna otra
cosa hará. ¿Te acuerdas de la viuda a quien el profeta Elías
pidió su última comida (1 Reyes 17)? Cuando el miedo le
susurró: “Sólo tienes suficiente para ti misma”, su brújula
espiritual indicó: “Da lo que tienes, y el Señor
te devolverá lo que necesites”. Ella lo hizo, y sobrevivió a la
hambruna. Cuando Saúl vio a Goliat, él dijo a David: “Tú no podrás ir contra aquel filisteo…” (1 Samuel 17:33). Pero
cuando David vio a Goliat, inmediatamente su brújula espiritual apuntó hacia
Dios y declaró: “El Señor… me librará…” (1 Samuel 17:37).
Fíjate en Noé: construyendo un zoológico flotante en medio del “desierto” porque oyó una voz que nadie más escuchó, y
como resultado, su familia se salvó, sus hijos se convirtieron en líderes del
nuevo orden mundial y su nombre fue inmortalizado. La historia está llena de
personas como ésas, tal y como Benjamín Franklin,
quien se atrevió a volar su cometa en una tormenta, descubriendo así la
electricidad, o como Annie Sullivan,
quien vio en Helen Keller una grandeza que
iba a inspirar al mundo en los años venideros. No, no eran dioses, ni tampoco
perfectos, simplemente eran “portadores de brújulas” que
veían lo que otros no eran capaces de ver, y actuaron en consecuencia. ¿Qué te ha mostrado Dios que otros no pueden ver? Sea
lo que sea, para eso Él te dará poder con el fin de realizarlo. ¿Puedes
creerlo?
CONCLUSIONES
Un piloto sin timón ni brújula, nunca podrá saber a dónde va, ni como
llegará.
La vida es una navegación difícil si no
cuentas con una buena brújula.
En dónde estás, Dios te guíe. A donde vayas,
Dios te acompañe. En lo que hagas, Dios te ilumine. A donde quieres llegar,
Dios te muestre el lugar.
Todos tenemos una brújula espiritual, lo
importante no es saber que la tienes, sino el saber usarla en el momento
oportuno.
REFLEXION
- Una brújula es un instrumento muy valioso para los momentos en donde el hombre puede experimentar extravío, ¿necesitas una brújula en estos momentos en tu vida?
- Es sencillo pensar que una brújula debe de estar al alcance de alguien que está extraviado y que quiere volver al camino que lo lleve a un feliz termino, ¿tienes al alcance tu brújula espiritual?
- Todos hemos recibido una brújula espiritual de parte de Dios, ¿estás consiente de que a través de esta brújula el Señor te quiere guiar?
- Abraham es un ejemplo de ser un hombre que fue perceptible y obediente a la instrucción de Dios, ¿será este tu desafío para ser aplicado en tu vida a partir de hoy?
Pastor Oscar
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