viernes, 14 de abril de 2017

¡No debemos callar!


        Hechos 4:19-20
Pero Pedro y Juan replicaron: “¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.
        Las autoridades de gobierno y religiosas intentaron acallar las voces de aquellos que habían sido testigos del acontecimiento más maravilloso que ha ocurrido en esta tierra: ¡la muerte y resurrección del Señor Jesucristo! Ante esta posición de aquellos que negaban tan grande suceso, los discípulos de Jesús tomaron la firme decisión de no callar para dar testimonio de aquello en lo que ellos habían sido testigos: Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído. Hay un suceso que habla acerca de lo que aconteció después de la muerte de Abraham Lincoln ¿Sabías que un gánster de Chicago de apellido Kennally trató de robar y pedir un rescate por el cuerpo de Lincoln? Kennally pensaba que el Gobernador del Estado aceptaría liberar de la cárcel a uno de sus socios a cambio del cadáver del Presidente. Pero la estrategia no dio resultado, por lo que él y sus cómplices terminaron en la cárcel.
         Después de lo ocurrido, los seis guardias que fueron puestos a cargo de cuidar el cuerpo de Lincoln quisieron asegurarse que nadie tratara de robarlo otra vez, por lo que enterraron el cajón del Presidente, y durante diez años no le dijeron a nadie dónde lo habían puesto. Es interesante notar las similitudes que hay entre la muerte de Lincoln y la Jesús: tanto Jesús como Lincoln murieron en Viernes Santo, y en los dos casos las autoridades hicieron todo lo que tenían a su alcance por miedo a que robaran sus cuerpos. Y también es interesante notar las diferencias. La primera es que Lincoln permaneció muerto, pero Jesús no. ¿La otra? Los guardias de Lincoln juraron no decir a nadie dónde habían puesto su cuerpo, pero los discípulos pasaron el resto de sus vidas diciéndole al mundo que Jesús está vivo.
        Con entusiasmo y alegría, los discípulos contaron a todos los que estuvieran interesados en escuchar, que en Jesús hay perdón, esperanza, y vida eterna.  No les importó a ninguno de ellos padecer persecución, ser encarcelados, vituperados, apedreados y maldecidos con tal de cumplir con su llamado de compartir la gran noticia de la muerte y Resurrección del Señor Jesús. Esa fue la gran encomienda de Su Maestro: ¡anuncien al mundo entero que hay redención en mi sacrificio! ¡que el precio de su salvación lo he pagado a través de mi muerte y por mi sangre derramada en la cruz del Calvario! Gracias a la  entrega, firmeza y convicción de estos discípulos, el evangelio a trascendido de generación en generación, de continente a continente, de época en época, de lengua en lengua y de nación a nación y ha llegado hasta nuestros días.
        En nombre de todos los redimidos del Señor, de un  Pedro y Juan, de los demás discípulos, de los mártires y valientes que arriesgaron sus vidas por la causa del evangelio, por esos pastores que son tenaces para predicar el evangelio, por aquellos que día con día no se avergüenzan del evangelio y lo comparten,  por esos misioneros que hoy mismo están en peligro por causa de compartir su fe en países del medio oriente…tu y yo tenemos que hacer un pacto delante de Dios y confesar: “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”. ¿quieres ser parte de la gente que vive, se desgasta, se arriesga y predica el evangelio del Señor Jesucristo?

       CONCLUSIONES
Jesús ha hecho por nosotros en la cruz lo que nosotros no podemos hacer por nuestra cuenta: pagó la pena de muerte que merecíamos por nuestra rebelión y transgresión, para que podamos ser reconciliados con Dios.


“Por todos padeció Jesús clavado en un madero. Eso es lo que nos enamora de Él y solo por eso, Él lo es todo para mí.”

La crucifixión de Jesús en la cruz del calvario, es solo la muestra palpable del amor de Dios a toda la humanidad.

Aunque recuerdes y celebres el sacrificio de Cristo año con año, si no has venido a los pies de él, en vano es lo que puedas celebrar.

       REFLEXION
  • No podemos callar las cosas a cerca del evangelio de Jesús, pues son vida y salvación para aquel que todavía esta viviendo conforme a la corriente de este mundo, ¿predicas del evangelio cotidianamente?
  • ¿Cómo sabrán del evangelio si no hay quien les predique? ¿Estás consiente de nuestra responsabilidad de anunciar las buenas nuevas a los inconversos?
  • La determinación de un Pedro y Juan de no callar a pesar de las amenazas de las autoridades, es un desafío para cada uno de nosotros, ¿tomas este reto para ser un testigo fiel de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo?
  • El sacrificio de Jesús en la cruz del calvario habla de su amor incondicional  por la humanidad; el dar testimonio de este hecho como sus discípulos, habla de nuestro amor por Él, ¿das evidencia de este hecho al predicar el evangelio y hacer discípulos?
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           Pastor Oscar
           Invitaciones a conferencias y talleres sobre estos temas y de liderazgo, llamar al 017351525825 ó escribe al correo: oscarhp07@hotmail.com

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