Habacuc
3:17-18
Aunque la higuera no dé
renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los
campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado
alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, me alegraré en
Dios, mi libertador!
Al profeta Habacuc le tocó ministrar la Palabra
durante los “Dolores de muerte” de Judá. Habacuc, conociendo la dureza del
corazón de sus paisanos, le pregunta a Dios por cuánto tiempo permitirá
que esta “intolerable condición” este
sobre su pueblo. Dios le responde que seran los babilonios el instrumento para
castigar a la nación por causa de su pecado, ante este anuncio, el profeta
dobla sus rodillas, y ahí reconoce, que el justo de cualquier generación vivirá
por fe (2:4) Toda la Nación tendrila que aprender a depender y a confiar en
Dios a pesar de las circunstancias.
En los días de Habacuc, el profeta
enfrentó la posibilidad real de perder todo lo que poseía, y junto con él, el
demás pueblo: productos agrícolas, Ganado, sus propios hogares, el olivo que
era esencial en su tiempos, etc., pero en lugar de quejarse o emitir un grito
de desolación, el profeta hace una oración de las más poderosas que podamos
encontrar en la Palabra de Dios. Esta oración está llena de adoración y
exaltación con una combinación de regocijo en el Dios de su salvación.
Puedes hacer lo mismo que el profeta?
Si todo lo que posees te fuese
repentinamente quitado, ¿sería suficiente Dios para ti?
Si hicieramos una parafrasis del
capitulo 3:17-18, aplicado a una situación semejante en nuestros días, tendríamos
que escribir algo así: aunque las
provisiones del Mercado no abunden, aunque mi jefe no me de un aumento, aunque
los estantes del supermercado estén vacíos y las gasolinerías estén cerradas en
los fines de semana, aunque me hayn despedido de mi actual trabajo, aunque me
hayan robado alguna pertenencia, aunque no tenga un futuro asegurado, aunque no
haya venido completa mi quincena, aunque no me hayan ascendido en mi trabajo,
aunque los resultados de los estudios medicos no me sean favorables…con
todo yo me regocijaré en el Señor, me alegraré en Dios, mi libertador!
Si no estás agradecido con un sueldo
insuficiente, nunca estarás agradecido en medio de la abundancia
CONCLUSION (reflexiona en las siguientes frases)
Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces
suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.
No pidáis a Dios que os de una carga apta para vuestros hombros; pedidle
unos hombros aptos para soportar vuestras cargas.
¿Por qué he de preocuparme? No es asunto mío pensar en
mi. Asunto mío es pensar en Dios. Es cosa de Dios pensar en mi.
“Moisés pasó 40 años creyendo que era alguien, 40 años
aprendiendo que no era nadie, y luego 40 años viendo lo que Dios puede hacer
con alguien que sabe que no es nadie”
REFLEXION
- Habacuc nos enseña a tener una dependencia hacia Dios en cualquier situación en la que atreviesa nuestra vida, ¿cómo es tu dependencia en Dios? ¿tienes problemas en aceptar las circunstancias que no te son muy favorables?
- Si no estás agradecido con un sueldo insuficiente, nunca estarás agradecido en medio de la abundancia, ¿estás aprendiendo a depender de Dios en cualquier situación que enfrentas?
- Las últimas palabras que registra Habacuc son ponderosas: con todo yo me regocijaré en el Señor, me alegraré en Dios, mi libertador!, ¿tomas el desafío de gozarte y alegrarte en Dios en cualquier circunstancia que tengas que vivir?
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Pastor Oscar
Invitaciones a conferencias y talleres sobre estos temas o de liderazgo, llamar al 017351525825 ó escribe al correo: oscarhp07@hotmail.com
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