martes, 4 de octubre de 2016

¿Cuán valioso es adorar a Dios?



      Miqueas 7:18-19
¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.
El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

        La evidencia es presentada contra la nación de Judá: adoración indiferente, rituals vacíos, rebellion constant, decepción, hipocresía, corrupción, avaricia e idolotría. El veredicto es rápido y decisive: ¡culpable! Y sin embargo, aunque la evidencia es abrumadora y la sentencia debe de ser ejecutada (exilio en babilonia por 70 años), había que ver hacia adelante ¡un final apoteósico! Al pueblo de Dios le esperaba un perdón total y una nueva posición cuando los días del exilio llegaran a su fin. Mientras tanto, ellos nunca debiesen perder la noción de su llamado e identidad como nación: Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. (6:8)

         Si tu le fueras a dar a Dios tus bienes terrenales como una ofrenda de gratitud ¿es digno Él de eso?
        Si fueras a server a Dios cada momento de tu vida sirviendo a otros desinteresadamente ¿es digno de eso?
        Si fueras a dar tu cuerpo para  ser quemado en la hoguera por su nombre, ¿es digno Él de eso?
         Si buscaras un himnario y cantaras cada uno de los himnos que contiene, cientos de veces para la Gloria de Dios, ¿es digno de eso?

        Para éstas y cientos de situaciones similares, la respuesta es un resonante: ¡SI! Dios es digno del mayor de tus regalos, de tus más nobles actos de servicio, de tu misma vida y adoración.

       Su palabra dice:  Dios es Espíritu y los que lo adoran en espíritu y verdad, es necesario que le adoren. El pueblo de Israel a pesar de que iba a ser conquistador y llevado en cautiverio por 70 años a causa de su pecado, esto no tenía que impedirles seguir siendo los adoradores del Dios vivo. La misma Babilonia iba a conocer a Jehová de los ejércitos en su propia tierra teniendo a los hebreos como cautivos.
        En el pasaje de Jeremías 29:11 hay algo poderoso: Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz. Babilonia iba a ser sumamente bendecida por la intercesion y adoración de un pueblo que sabe amar, obedecer y alabar a Su Dios. Tu ciudad, pueblo y nación, tambien puede ser bendecida a través de tu intercession y adoración al Dios de Israel.

       CONCLUSION (reflexiona sobre las siguientes frases)

“No solamente debemos de dar adoración, nuestra vida misma debe ser adoración diaria para El”

En la alabanza buscamos a Dios. En la adoración, Dios nos encuentra a nosotros.”

Adora a Dios como si pudieras verle; pues aunque tú no lo veas, El puede verte a ti.

       El verdadero adorador honra a Dios por lo que Él es, no por lo que hace.

Satanás no se preocupa tanto por lo que adoramos, como porque no adoremos a Dios.

       REFLEXION
  • Toda adoración a Dios debe de ser digna de él, ¿cómo es evaluada tu adoración?
  • Toda circunstancia en la que te encuentres viviendo es una oportunidad para alabar a Dios, ¿estás alabando a Dios en espíritu y verdad?
  • Dios es digno de recibir la honra, la Gloria y la alabanza por lo que Él es, ¿te consideras un adorador del Dios vivo?
  • Israel a pesar de los 70 años de esclavitud nunca perdió la esencia de ser un pueblo que sabía adorar al Señor de los Ejércitos, ¿estás listo para ser un adorador en espíritu y verdad en toda tu existencia?
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          Pastor Oscar
          Invitaciones a conferencias o talleres sobre estos temas o de liderazgo, llamar al 017351525825 ó escribe al correo: oscarhp07@hotmail.com

3 comentarios:

  1. Una adoración sincera, sabiendo que en ella nos entregamos a Dios como un sacrificio vivo, santo agradable a Él.

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  2. Señor que el ser una ofrenda de amor en mi vida diaria sea mi mayor victoria, para que no solo te alabe de labios, sino con mis hechos te lo confirme.
    Amén

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