martes, 21 de febrero de 2017

La recompensa a la Oración



     Mateo 6:1,5-6
  Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
       Por lo que cuenta el Nuevo Testamento, la sociedad israelita estaba bombardeada con modelos de espiritualidad. Los cuatro siglos anteriores a la llegada de Juan el Bautista y Jesús habían sido cuatrocientos años de “oscuridad profética”, durante los cuales Dios no había dado ninguna revelación.
         Como resultado habían surgido grupos como los esenios, los saduceos y los fariseos, que enseñaban a las personas a vivir la religión de diferentes maneras.
        Algunos de ellos se paraban a orar pomposamente en algún lugar visible para que los demás pudieran ver cuán “piadosos” eran cuando oraban, demostrando así una confusión muy grande en su espiritualidad. ¿A qué Dios se estaban dirigiendo? ¿A quién o quiénes querían impresionar? Si todo lo que querían era que los demás se pusieran de pie para recibirlos cuando entraban en la sinagoga, que la gente mirara su aparente espiritualidad, aunque la realidad de la misma  estaba por el piso. En Matero capítulo 6 el Señor Jesús estaba enseñando y advirtiendo a sus discípulos a no ser igual a ninguno de estos que buscaba una admiración y reconocimiento por parte de los hombres y no de Dios.
        La oración, la oportunidad de ofrendar y la fe no nos fue dada para que nos volvamos vanidosos ante los demás, sino para que tengamos una relación íntima, “secreta”, con el Padre en los cielos. El vínculo  de estas disciplinas espirituales que Dios nos dio es para que nos conectemos con él, y en plena intimidad nuestra relación con él sea limpia y sin negociaciones absurdas. No oramos para que Dios responda a nuestros caprichos ni para que los demás nos brinden aplausos, sino para que nuestra conexión con él, a través de Jesús, nos sostenga firmes en la fe. Asi que nuestra comunion con el Padre debe de reunir ciertos lineamientos que nos ayudarán a estar en Su Voluntad y a tener la oportundad de ser recompensados por Él.

  • Toda oración deberá de ser invocando al Padre Celestial… “PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS”.
  • Toda oración deberá de ser hecha en el nombre del Señor Jesucristo.
  • Como hoy aprendimos, deberá de ser en secreto, es decir, libre de la contaminación del orgullo o la vanagloria.
  • Poder exaltar el nombre y el Poder de nuestro Dios…”SANTIFICADO SEA TU NOMBRE”
  • Agradecimiento genuino de todo lo recibido de la mano del Señor…” dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús” 1 Ts 5:18
  • Pedir por nuestras necesidades conforme a la Voluntad de Dios…” Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastar lo en vuestros placeres. Santiago 4:3
  • Interceder los unos por los otros y también por nuestras autoridades.
  • Toda oración deberá de ser hecha en el nombre del Señor Jesucristo….PUEDES TERMINAR TU ORACION DICIENDO: EN TODO ESTO TE DOY GRACIAS Y TE PIDO TODAS LAS COSAS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESUCRISTO Juan 16:23
        ¿Qué recompensa nos dará el Padre? ¡Sorpresa! Dios responde de maneras inimaginables, siempre, absolutamente siempre para nuestro bien. En lo íntimo lo veremos. En lo íntimo lo disfrutaremos, y se hará visible en nuestra forma de vivir.

      CONCLUSIONES

La oración debería ser la llave del día y el cerrojo de la noche.

La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre.

“Nuestras necesidades son tan profundas que no debemos cesar de orar hasta que estemos en el cielo”

“La oración no es un intento de hacer que Dios esté deacuerdo contigo o de que provea para tus deseos egoístas, sino que es una afirmación de Su soberanía, justicia, y majestad y un ejercicio de conformar tus deseos y propósitos a Su voluntad y gloria”.

“En la oración es mejor tener un corazón sin palabras que tener palabras sin un corazón”

      REFLEXION
  1. Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres, ¿Cómo eres identificado en tu estilo de orar? ¿estás centrado en el propósito de la oración y no en tu orgullo?
  2. Fariseos y Saduceos erraban en su intención al orar para con Dios por su extremada vanagloria y querer ser reconocidos por los hombres como hombres piadosos, ¿tu forma de orar está libre de estas falsas intenciones de agradar a Dios?
  3. Mi tiempo con Dios es la oportunidad para tener una relación íntima, “secreta”, con el Padre en los cielos, ¿habitúas tener este tiempo especifico para orar, alabar y aprender de Dios a través de su Palabra?
  4. No oramos para que Dios responda a nuestros caprichos ni para que los demás nos brinden aplausos, sino para que nuestra conexión con él sea perfecta, ¿tienes la cualidad de orar a Dios pidiendo que su Voluntad sea hecha en ti por encima de la tuya?
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           Pastor Oscar
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