1 CORINTIOS 1:10
Les suplico, hermanos, en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones
entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo
propósito.
Una de las causas principals que
afecta la armonía y las sanas relaciones de convivencia entre los seres
humanos, es lo que llamamos: OFENSAS. El diccionario define a esta palabra como la acción de despreciar o
humillar con palabras o acciones.
Algo que ayuda a no ser infectados por esta arma ponderosa que el
enemigo coloca en los seres humanos para romper con los vinculos de Amistad, de
respeto, de cordialidad y de sana convivencia, es la de aprender a ser pacientes con los demás no dándonos
por ofendidos fácilmente. La Biblia dice: “El amor es sufrido, es benigno”. Tu podrás argumentar: pero que hago
con el que me ofende? La regla básica
para tratar con las ofensas es buscar a la persona y a solas arreglar las
cosas.
Hay dos clases de ofensas con
que debemos tratar: (1) las que nosotros cometemos contra otras personas,
y (2) aquellas que otros cometen contra nosotros. Veamos como podemos
arreglar cada una de ellas:
Ofensas que yo he cometido contra otra persona.
Cuando yo he cometido una ofensa contra otra persona, soy
responsable de reconciliarme con ella. El Señor Jesús dijo: Por tanto, si traes tu ofrenda al altar,
y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda
delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven
y presenta tu ofrenda (Mateo 5:23–24). Cuando estamos equivocados, una disculpa
completa y sincera ayudará mucho para que todo quede arreglado. Para pedir
perdón correctamente, debo:
1. Aceptar toda la responsabilidad por mi
ofensa, sin echarle la culpa a nadie más.
2. Decir cuál fue la ofensa.
3. Pedir a la persona que me perdone y esperar su
respuesta.
4. Desde luego, si he causado pérdida a
alguien, debo también hacer la restitución correspondiente.
Ofensas que otra persona ha cometido contra mí.
Cuando otra persona me ha ofendido, mi primera
responsabilidad es buscarle ella y hablarle a solas de su falta. Jesús
dijo: Por
tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si
te oyere, has ganado a tu hermano (Mateo 18:15).
Cuando alguien nos ha ofendido, nuestra
reacción natural es contarle a otra persona cómo fuimos maltratados. Éste es un
grave error. No debemos decir nada a nadie hasta que hayamos hablado con quien
nos ofendió. Debemos darle una oportunidad de disculparse o en caso de un
malentendido, de explicarse. Ya sea que nosotros hayamos ofendido a alguien o
que hayamos sido ofendidos, lo que hay que hacer es buscar a la persona y
arreglar cuentas a solas. Cuando dos personas tienen problemas entre sí, pueden
resolverlos humillándose ante Dios, perdonándose mutuamente y olvidando el
asunto.
CONCLUSION
Recuerda, Jesús dijo que es imposible estar
bien con Dios a menos que hayamos pedido perdón a aquellos a quienes hemos
ofendido, y también que hayamos perdonado a quienes nos han ofendido a
nosotros.
Jesucristo sufrió y murió para restaurar nuestras realciones de los unos
a los otros.
Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de
perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza.
A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos
necesitado que nos perdonen mucho.
REFLEXION
- Cuando me acerco a alguien para arreglar cuentas, debo ir con la actitud correcta, ¿Cuál Suele Ser Tu Actitud Al Momento De Solucionar Un Conflicto Con Alguien?
- EL objetivo no es hacer que el otro se disculpe conmigo, sino restaurar su comunión con Dios y conmigo. Si se arrepiente, debo perdonarle, ¿llevas a cabo este principio en tu vida a la hora de restaurar alguna relación rota con tu semejante?
- El Señor Jesús dijo: Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale (Lucas 17:3), ¿tus relaciones de convivencia con los demás son saludables por el hecho de ejercitar un perdón mutuo?
- En una ocasión Pedro le preguntó a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?” Jesús respondió a Pedro: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete (Mateo 18:21–22), ¿estás listo para restaurar aquellas relaciones en donde te ofendieron u ofendiste?
Señor, tu me haz perdonado TODO, ayúdame a perdonar, pero sobretodo a tener el valor de pedir perdón, porque muchas veces me cuesta trabajo doblegar mi orgullo y prefiero hacerme indiferente, aún sabiendo que ofendo o lastimó.
ResponderEliminarSe necesita valor, amor y mucha humildad para pedir perdón.
Ayúdame a lograrlo.
Te lo pido en nombre de Jesús.
Amén