jueves, 10 de noviembre de 2016

Agregando valor a los demás





         Filipenses 2:3
Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, TLA

No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. DHH

         Nuestro trabajo no es arreglar la vida de los demás, es añadirles valor. Nunca vas a añadir valor a los demás, sino eres capaz de valorarte a ti mismo. El valor agregado es por lo que tu eres, no por lo que la persona es. Cuando tu agregas valor a los demás, estás permitiendo su crecimiento a través de tus propios alcances.  Cuando eres capaz de considerar mejor a otros, entonces serás calificado  para otorgarle ese valor que te de satisfacción de verlos crecer.

         Cuando compartes valor, tu humildad estará siendo exaltada. No otorgas valor por mera necesidad, sino porque es el estilo de vida de alguien que conoce los Principios de Reino…Dando valor, es como recibes también valor. Cuanto más agregues valor a otros, más valorado serás en tu propia existencia.

       Solo la envidia o la arrogancia te impedirán ofrecer valor a los demás. A diferencia,  el de espíritu humilde podrá considerar importantes y mejores a sus semejantes. Lamentablemente, muchos buscan ser valorados; pero no son capaces de valorar a los demás.

        Pequeños detalles para una persona que le son ofrecidos en reconocimiento a su labor, hará que se sienta valorizado. Unas sencillas palabras de reconocimiento, dará vigor a la autoestima de quien las recibe. Un aplauso, un gesto agradable, un comentario positivo, una cena especial, una dedicatoria, una invitación especial, un pequeño regalo…hará que sobrepases el entendimiento de las personas que las reciben.
        
        Todo mundo habla del aumento de la maldad, de la descortesía y desatención, de la insensibilidad en la sociedad; pero poco se habla de un incremento al valor que podemos ofrecer a nuestro prójimo.

       En el valor que ofrezco, van implícitas cosas como: mi reconocimiento, mi agradecimiento, mi respeto, mi admiración, mis mejores deseos, mi amistad, mi honra.

¿Por qué cuesta tanto dar valor a los demás?

¿Será mayor el peso del orgullo o vanagloria que nos impidan añadir valor a otros?

Ó estamos tan desvalorizados que no creemos tener algún valor que ofrecer a alguien más?

       CONCLUSION (medita en las siguientes frases)

Las grandes oportunidades para ayudar a los demás rara vez vienen, pero las pequeñas nos rodean todos los días.


Yo no sé de ningún gran hombre, excepto de aquellos que han prestado un gran valor y servicio a la raza humana.

Valorar a los demás es como valorarse a sí mismo.

Tu puede hacer más amigos en dos meses por valorar más a los demás, que lo que harías en dos años tratando de conseguir que la gente te valore a ti.

      REFLEXION
  •  Ten siempre una actitud de servicio a los demás, ¿còmo desarrollas esta virtud en tu vida?
  • Desarrolla un estilo de vida que se base en agregarle valor a los demás, ¿estás dispuest@ a generar la ley de la adición en favor de los que te rodean?
  • La capacidad de una persona para añadir valor, empieza en el interior de su corazón, ¿cómo está la salud de tu corazón para poder bendecir a los demás?
  • Todo mejora cuando valoramos a los demás por encima de nuestro valor, ¿te cuesta trabajo valorar a otros por encima de tu propio valor?
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            Pastor Oscar
           Invitaciones a conferencias y talleres sobre estos temas favor de llamar al 017351525825 ó escribe al correo: oscarhp07@hotmail,com




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