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Corintios 13:4-7
El amor es sufrido, es benigno; el amor no
tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada
indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Este pasaje describe el tipo de amor que debería
caracterizar nuestras vidas. Es interesante señalar que la Biblia nunca define
el amor solamente, lo describe y, esto se debe a que el amor no es algo que uno
siente sino algo que uno hace.
Entonces, ¿Qué es el amor?
El amor es quedarse callado cuando
sabes que tus palabras van a lastimar. El amor es ser paciente cuando tu vecino
ha sido bien grosero contigo. El amor es guardar silencio cuando todos los
demás andan chismeando. El amor es tener fe cuando tus hijos se han
descarrilado. El amor es ser amable cuando esa persona se merece que la
pongas en su lugar. El amor no es orgulloso, la arrogancia no es amorosa porque siempre
subestima y rebaja a otros que no son tan inteligentes, sabios, y fuertes; o
porque no están bien conectados, o porque no son tan espirituales. El amor no
es exigente. No siempre tiene que ser el número uno ni busca sus propios
intereses. El amor no es explosivo ni reacciona en coraje. El amor no lleva una
lista de ofensas. El amor nunca se regocija de las injusticias de otros. El
amor nunca se rinde; siempre persevera. El amor nunca pierde la fe, siempre
cree y espera lo mejor de otros. El amor lo soporta todo en cualquier
circunstancia así como un soldado que jamás abandona su puesto.
Recientemente leí la siguiente historia que dejó huella en mi vida:
Un hombre de cierta edad vino a la
clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía
bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que
tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una
residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí . Me contó
que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras
acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él
llegara tarde esa mañana.
-No,
me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
Entonces
le pregunté extrañado: -Y si ya no sabe
quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las
mañanas? Me sonrió y dándome una
palmadita en la mano me dijo: -”Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé
muy bien quién es ella”.
Tuve que contenerme las lágrimas
mientras salía y pensé: -”Esa es la clase de amor que quiero para mi vida. El
verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El
verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido,
de lo que será y de lo que ya no es…”
CONCLUSIONES
- Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay.
- Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.
- Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.
- Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso.
REFLEXION
- El amor no es solo lo que uno siente, sino tambien lo que uno hace, ¿cómo sueles expresar tu amor por los demás?
- El verdadero amor es aceptación de lo que el otro es, ¿cómo desarrollas la aceptación hacia los demás a través del amor?
- El amor no solo es para los perfectos, pues el mismo amor ayudará a los imperfectos a ser impecables, ¿cómo permites que el amor en tu vida mejore tus relaciones con los que te rodean?
- El amor nunca deja de ser, ¿estás dispuest@ a fomenter de manera constant el amor en tu vida?
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Pastor Oscar
Invitaciones a conferencias y talleres sobre estos temas o de liderazgo llamar al 017351525825 o escribe al correo: oscarhp07@hotmail.com
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