Oseas
2:14,16
14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su
corazón.
16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi,[a] y nunca más me llamarás Baali.[b
Todos podríamos pensar que el desierto es un lugar en
donde nadie quisiera estar. Para Israel, representó una Escuela que tuvo que
cursar por 40 años. De la esclavitud, al desierto, y del
desierto, a la Tierra
Prometida.
En una ocasion el pastor José Pereira tuvo
la oportunidad de viajar a Israel, en su tour estuvo la visita al desierto para
llegar al Monte Horeb. Narra que tuvieron que hacerlo de noche por causa de las
elevadas temperaturas en el día, al llegar a la cima él solo tuvo una sola
exclamación: “nunca más emitiré una crítica en contra de
los judíos en su andar por el desierto”.
A veces Dios nos induce para llevarnos
a un desierto. El lugar en donde hay muchas privaciones, desalientos,
cansancio, fatiga, desolación, confusion, desesperación, escasez, sed y hambre,
riesgos, peligros, en donde tus alcances y títulos no sirven de nada, los
prejuicios y religiosidades se queman con la intensidad del sol, las criticas e
inconformidades no hallan mancuerna para ser emitidas, en donde el silencio hace mella en tus oídos, miras a tu alrededor y te das cuenta de la
soledad que te aqueja.
Buscas un refugio para anidar, un lugar fuerte
como el de David para ser entrenado; una
roca de donde sacar agua y saciar tu sed;
la nube que te proteja de todo eso que te atormenta y
deshidrata a tu vida espiritual; la
columna de fuego que alumbre a
tus lados oscuros que ultimamente han manipulado a tu vida y que ha provocado
que pierdas la efervecencia que un día tuviste para servir a Dios; una zarza
que no se consuma porque estás a punto de desfallecer por todos los errores y
malas decisiones que has hecho; un
Tabernáculo para ir a
Adorar al Dios Santo, pues bien sabes que dejaste de anhelar sus amables
moradas en la Casa de Él. Una cueva como la de Elías que te permita reflexionar sobre
todo lo que has hecho y preparar una vez más tus oídos para escuchar la tierna
Voz de tu Salvador. Un Monte Horeb para subir como Moisés lo hacía para encontrarse con
el Señor Todopoderoso y ser llenado por su Presencia; unas tablas de piedra en donde una vez más sean escritos los mandamientos
del Señor en tu corazón y puedas volver a exclamar como el salmista: OH CUANTO
AMO TU LEY, todo el día es ella mi
meditación!!!!!!
CONCLUSIONES
- Un Desierto puede ser la solución para enmendar tu vida….
- Un Desierto para volverte a Dios con todo tu corazón, mente y fuerzas…
- Un desierto para mejorar y ser preparado para la conquista de algo mejor en tu vida y ministerio…
- Un desierto, un desierto que nos haga tener Necesidad de Dios…
- Un desierto para vestirte y preprarte como la novia de aquel que nos quiere hacer Su Esposa…el Cordero de Dios…..
REFLEXION
- Es cierto que casi nadie quisiera pasar por un desierto en su vida por todas las posibles limitantes que se encuentran en él, ¿cuál es el estado espiritual de tu vida? ¿Necesita ser llevado a un desierto como el pueblo de Israel para un despertar espiritual?
- Los lugares que mencioné en este Devocional pertenecen al desierto en donde muchos personajes transitaron por él, de todos ellos, ¿cuál es el que necesitas para fortalecer tu vida espiritual?
- Seguramente no fue nada fácil para Israel vivir en el desierto por 40 años, ¿cómo consideras que sería tu vida viviendo en el desierto? ¿aprenderías a depender de Dios?
- El verso clave de nuestro tema dice: Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón, ¿necesita tu corazón tener más comunion con Dios? ¿será necesario un desierto para que escuches al Señor ó tomarás una Buena actitud para escucharlo desde en dónde estés?
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Pastor Oscar
Invitaciones a conferencias y talleres sobre estos temas, llamar al 017351525825 ó escribir al correo: oscarhp07@hotmail.com
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