Mateo 25:21
Su señor le
respondió: '¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te
pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!'
Mateo
25:26-30
Pero su señor le contestó: '¡Siervo malo
y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no
he esparcido.
Pues debías haber depositado mi dinero
en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses.'
'Quítenle las mil monedas y dénselas al
que tiene las diez mil
Porque al que tiene mucho se le dará
más, y le sobrará; pero al que no tiene nada, hasta lo poco que tiene se le
quitará
Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a
la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.
Esta parábola es conocida como la de los talentos,
mismos que fueron encargados por su dueño a tres de sus siervos. Cada uno de
ellos recibió conforme a su capacidad: al primero le dieron CINCO, al Segundo
DOS y al tercero UNO. El propósito de recibir dichas monedas era la de
reproducirlas para que cuando regresara el dueño se le devolviesen sus monedas
junto con lo multiplicado. Un talento como moneda de oro, tenía el valor de 16
años de trabajo de un jornalerode ese entonces, lo cual nos indica que no fue
cualquier cosa la que recibieron estos tres siervos.
La parábola nos enseña que dentro de
estos tres sievos hubo dos finales: uno feliz y otro infeliz Lo que tienen en común estos finales es que los dos son eternos. Aunque para nosotros, hombres mortales y temporales, es muy
difícil entender la dimensión de la eternidad, es necesario que prestemos
atención a este tema porque, indefectiblemente, la eternidad es lo que nos
espera después de la muerte.
Al igual que esos tres siervos, cada uno
de nosotros ha recibido algo de parte de Dios conforme a anuestra capacidad de
recibir. Tenemos la misma resposnabilidad que aquellos siervos para reproducir
lo recibido: sean dones, finanzas, salud, fuerzas, capacidad, recursos,
talentos, ministerios, gracia, etc.
Dios confía en que haremos un buen
trabajo, que seremos capaces de perdonar porque fuimos perdonados, que amaremos
a quienes nos rodean porque él nos llenó de su amor en Jesús, y que ayudaremos
a los necesitados porque cuando estuvimos necesitados de paz, amor, y vida, él
nos los dio abundantemente, que desarrollemos nuestro ministerio a través de
cada uno de los llamados que hemos recibido, porque Él cumplió con su llamado
que nos trajo vida y paz; que multipliquemos lo recibido, porque ese es el
propósito de haber recibido algo de Dios.
El punto álgido de la parábola es que,
el que repartió los talentos, va a volver. Entonces, ¿cómo lo esperas?
¿Contento porque has producido algo? O estás afligido porque tienes enterrado lo
que recibiste y que no has multiplicado? Finalmente todos tenemos que tener en
claro que solo existen dos finales eternos: “Entra en el gozo de tu Señor” o
“siervo inútil, echenlo fuera”.
¿En cuál de los dos finales te ves?
CONCLUSIONES
El infierno no consiste solo en diablos y llamas sino
en la ausencia del amor de Dios por la eternidad.
El infierno es tan real, y para muchos sera su
realidad cuando despierten un día estando allá.
El cielo es el lugar en donde podremos compartir la felicidad
con nuestro Dios, no es por obras, simple y sencillamente es por gracia.
Nuestra ciudadanía está en los cielos, mientras
estemos aqui en la tierra, debemos de compartir lo recibido por Dios para
alentar y ayudar a otros para que encuentren el Camino, la verdad y la Vida a
través de Jesucristo.
REFLEXION
- Finalmente, todos tendremos un final eterno, en compañía de Dios o separados de Él, ¿estás consiente de este hecho? ¿sabes cuál sería tu destino final si murieras el día de hoy?
- La eternidad es lo que nos espera después de la muerte, ¿en dónde estará tu morada para vivir en la eternidad?
- El propósito que tiene lo recibido de Dios, es que podamos hacerlo crecer o multiplicarlo para bendecir otras vidas, ¿estás multiplicando los talentos, dones, bienes, capacidades en favor de la Obra del Señor?
- Algo que nos debe de tener diligentemente trabajando es el hecho de que el Señor y dueño de los talentos pronto regresará para pedir cuentas de lo que nos encargó, ¿estás listo para rendir saludables informes?
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Pastor Oscar
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