1 Crónicas 29:12-13
De
ti proceden la riqueza y el honor; tú reinas sobre todo y en tu mano
están el poder y la fortaleza, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a
todos. Ahora pues, Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso
nombre.
Recientemente leí parte de la biografía de un
hombre llamado Stanley Tam, fue un empresario muy reconocido y altamente
prosperado. Fundo una organización llamada “Stanlita”, cuyo propósito es
destinar la mayor parte de sus ganancias para ser ofrendadas en Iglesias,
misiones y otras instituciones. Ha ayudado a cefca de cuatrocientas
congragaciones.
Él cuenta los siguiente: Un día,
durante la lectura de la Biblia, Dios se aplica a mí, personalmente, un
versículo del capítulo octavo del Deuteronomio, que dice: "Sino
acuérdate de Jehová tu Dios, porque él es el que te da poder para hacer las
riquezas" (Deuteronomio 8:18 LBLA). Parecía que esta promesa se
había escrito sólo para mí.
Hoy en día, podemos
contribuir a un millón quinientos mil dólares al año para la obra misionera en
el mundo. Nosotros invertimos ese dinero mediante la organización "Cada
criatura Cruzada", que involucró a casi un centenar de equipos
misioneros en doce países. Y cada año que pasa, más de cuarenta o cincuenta
iglesias nuevas se basan en esos países.
En mi opinión, no tiene
sentido hacer dinero, a menos que tenga el objetivo de ayudar a los demás. Pero
aún no tengo ninguna duda de que la empresa más grande en el mundo, la aventura
más grande y más gratificante de la vida es que mi familia y mucha gente ya
sabe de nuestra empresa: ayudar a la gente a experimentar una
verdadera relación con Dios a través de su Hijo Jesucristo.
Mientras
Dios me de fuerzas, quiero dedicar toda mi energía, las ideas y la iniciativa
de nuestro objetivo principal, para aprender más y más para poner nuestras
vidas y nuestros esfuerzos bajo el mando de nuestro Padre Celestial.
¿Por qué no hacer lo mismo?
Stanley
ha llegado a ofrecer para la obra de Dios más del 60% de sus ganancias. Él
tiene en claro que un alma es tan valiosa que vale la pena invertir todo lo que
se tiene para rescatarla. Cuando las cosas se piensan bien, el resultado es provechoso. Cuando se
hacen a la carrera, el resultado es desastroso. Proverbios 21:5 TLA
Muchos
cristianos están limitados con el diezmo, ¿por qué no ir a otro nivel? ¿Acaso
Dios no suplirá nuestras necesidades cuando estamos invirtiendo en su Reino? «No se conviertan en jueces de los
demás, y Dios no los juzgará a ustedes. No sean duros con los demás, y Dios no
será duro con ustedes. Perdonen a los demás y Dios los perdonará a ustedes. 38 Denles a otros lo necesario, y Dios
les dará a ustedes lo que necesiten. En verdad, Dios les dará la misma medida
que ustedes den a los demás. Si dan trigo, recibirán una bolsa llena de trigo,
bien apretada y repleta, sin que tengan que ir a buscarla.» Lucas 6:37-38 TLA
CONCLUSIÓN
Cuanto
más deis, mayor será vuestro gozo. La tacañería sofoca la dicha; la liberalidad
la intensifica.
Dad
de lo poco que tengáis a quienes tienen todavía menos que vosotros.
Dar
y dar más es la única manera de tener y tener más
Es
bueno dar algo cuando ha sido pedido, pero es mejor dar sin demanda,
comprendiendo
Juntar
las manos para ORAR bien está. Abrirlas para dar es mucho mejor.
REFLEXION
- El principio Bíblico nos enseña que debemos de reconocer que de Dios proviene todo Poder, Autoridad y Prosperidad, ¿reconoces este principio en tu vida?
- Stanley es un desafío para todo cristiano, pues él nos muestra que podemos ser agentes de bendición para la obra de Dios a través de nuestras dádivas y ofrendas, ¿actualmente estás ofreciendo parte de tus finanzas a la Obra de Dios? ¿Tiene sentido y fundamento lo que estás dando a favor de otros?
- Las riquezas son una recompensa para quien sabe ayudar a los demás, ¿quisieras ser recompensado con riquezas? ¿tu corazón está centrado en Dios para no desviarte si recibieras riquezas?
- Dios no tiene problema en bendecirte con mucha prosperidad, siempre y cuando no sea tu afán o que lleguen a ocupar el primer lugar en tu corazón y dejar de lado la Obra de Dios, ¿estás list@ a recibir esta bendición? Si el Señor te bendijera como a Stanley, ¿harías lo mismo que él hace de compartir su prosperidad en la Obra de Dios?
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