Proverbios 18:21
La muerte y la
vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.
¿pueden llegar a modificar las
palabras la estructura cerebral?
¿Tienen tanto poder las palabras cómo
para poder sanar?
Para despejar estos interrogantes
deberíamos creer que hay una conexión innata entre nuestro estado mental y
nuestro cuerpo, y que por lo tanto, los mensajes enviados de un modo consciente
o inconsciente a nuestro cerebro, afectan irremediablemente a nuestro estado
físico.
¿Puede una sola frase destructiva
desencadenar una sucesión de respuestas biológicas perjudiciales en nuestro
organismo?
¿Pueden los mensajes positivos aumentar nuestro
ánimo para mejorar nuestro estilo de vida?
Según explica, literalmente, en una
entrevista Boris Cyrulnik (neuropsiquiatra y psicoanalista): las palabras que
transmiten afecto y seguridad, sanan las depresiones, ansiedades y heridas
emocionales.
Las frases negativas que grabamos en
nuestro cerebro debilitan el sistema inmunitario, generándonos ansiedad,
desesperación y depresión.
Aún en el caso de que el mensaje
destructivo, este basado en una situación hipotética, el organismo se sentirá
igualmente amenazado.
Parece ser que debido a la estrecha
relación que mantienen nuestra mente y nuestro cuerpo, cuando pronunciamos
palabras que contienen una alta carga positiva, automáticamente aumentamos la
serótina y por extensión nos sentimos más alegres y vitales. Evidentemente la
palabra tiene mucho poder: la palabra crea y la palabra destruye; la
palabra da vida y la palabra origina muerte; la palabra edifica y la palabra
derrumba.
A lo largo de la historia, muchas han
sido las culturas que han creído en el poder mágico de las palabras. El budismo
tibetano utiliza Mantras (que son
palabras o frases que se cantan en voz alta, o internamente) para conseguir
un logro trascendental o mundano. Esas palabras emiten un sonido y ese sonido
una vibración que se convierte en energía.
La Palabra de Dios hoy nos revela que en
nuestra lengua se encuentra la vida y la misma muerte. La palabra de todo ser
viviente tiene un poder sin igual y que siempre generará en las personas
que los escuchan un efecto positivo o
negativo; de aliento o de desánimo; de fortaleza o de destrucción; de vida o de
muerte. Cada vez que abrimos la boca para hablar estoy ministrando a la gente
que me escucha. Es la razón por la cuál todos debiesemos tener sumo cuidado al
emitir nuestras palabras, pues estas produciránnun efecto irreversible para
bien o para mal en sus vidas.
Muchos de nosotros fuimos marcados
en algún momento por alguien que nos hirió, que nos puso en la lona, que nos
quito el animo pronto para continuar la Carrera, que nos hizo sentir inútiles,
que nos sobajo o menospreció…a ellos debemos de perdonarles y con osadía hay
que sacudirnos esas palabras de muerte que nos hicieron estragos.
En cambio, hay que acentuar esas
palabras buenas y positivas, aquellas que te dijeron: “si puedes y lo vas a
lograr”, las que te levantaron en un momento dificil de tu existencia, las que
dieron realce al tu persona para salir del cuadro depresivo, las que inundadas
de amor te hicieron sentir el ser mas amado de esta tierra, la felicitación que
te llevó a ser inspirado a ser las cosas de mejor manera, las que te
contagiaron de ternura y a la vez de alegría en un momento clave de tu vida,
upsss cuántas palabras que han sido de bien para cada uno de nosotros!!! Yo no
puedo olvidar las palabras de mama Ole que al salir de casa siempre estuvieron
presentes en su labios para bendecirme: ese Dios te bendiga hijo, me cambiaba el
momento y hacía que mi día fuera diferente….quizás es lo que más extraño de
ella ahora en día…
CONCLUSIONES
Escucha y comparte palabras positivas y de fe, pues
estas te ayudarán a estar motivado para seguir adelante.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras
para el que no obra de acuerdo con ellas.
Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios
pensamientos convertidas en palabras.
Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz.
REFLEXION
- Los mensajes enviados de un modo consciente o inconsciente a nuestro cerebro, afectan irremediablemente a nuestro estado físico, ¿Cómo suelen ser las palabras que emites a la gente que te rodea? ¿qué palabras escuchas y das crédito en tu vida?
- Hoy hemos aprendido que hay poder de muerte o vida en nuestra lengua, ¿tienes sumo cuidado al emitir palabras a tus semejantes? ¿procuras que tus palabras alienten vida y no muerte?
- Ser responsables con lo que decimos y escuchamos hará que nuestras palabras lleven un grado optimo de bendición sobre todo aquel que las escuche, ¿estás dispuesto a ser más responsable a la hora de emitir tus dichos?
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