martes, 13 de diciembre de 2016

Añade vida a tu fe

        

      Génesis 12:2-3
Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra

       He aprendido a que con nuestra palabras podemos profetizar nuestro propio futuro. Es muy triste que tantas personas predigan su derrota, fracaso, carencias o la mediocridad misma en medio de ellos. Tu mundo se va a desarrollar conforme a lo que sueles declarar sobre ti mismo y sobre tu mañana. Si pronuncias maldiciones, estarás inmerso en ellas; pero si anuncias bendiciones, te rodearas de ellas. Debes de aprender a usar tus palabras no solo para describir tu situación, sino también para cambiarla.
        
      Un matrimonio intentaba tener otro hijo, tenían ya una niña, y relamente querían engendrar a un varón. Pero cada vez que la esposa quedaba encinta, perdía el embarazo. Esto sucedió cinco veces a lo largo de nueve años. A medida que se hacían mayores, perdían la esperanza de hacer realidad sus sueños de otro bebé y esto mismo hacía que se sintieran frustrados. El nombre del esposo es   Joe, así le han llamado casi toda su vida; pero un día observó que su nombre completo era José, cuyo nombre significa “Dios añadirá”. Cuando lo supo, algo dentro de sí se encendió, sabía que esto era una señal para él de parte de Dios. Joe decidió comenzar a usar su nombre completo en lugar de su apodo.
       Así que les pidió a todos en su familia y en su trabajo: por favor, ya no me llamen Joe, quiero que me llamen José. Nadie sabía porque lo hacía, y muchos hasta se reían de él pensando que se trataba de una crisis de un hombre cuarentón. Pero a José no le importó. Sabía que cada vez que alguien dijera: “hola José”, le estarían declarando: “hola, Dios añadirá”. José entendía que cada vez que le hablaran por su nombre, estarían añadiendo vida a su fe.
        Varios meses después de que José comenzara a creer en su nombre, su esposa volvió a quedar encinta. Y por primera vez en diez años llegó al término y dio a luz a un hermoso varoncito. Como testimonio de lo que Dios había hecho por ellos, también lo llamaron Jose: “Dios añadirá”.

       La historia de Abraham y Sara es similar a esta que acabo de narrarte. Dios les había dicho que iban a engendrar a un hijo, a pesar de que ya habían pasado en ellos los años de fertilidad. No es de extrañarse que Sara al saber de la noticia que su esposo le estaba dando de ser padres de un hijo, ella empezara a reír.
       Ante este hecho, Dios tuvo que cambiar la imagen de Abraham y de Sara acerca de sí mismos, en otras palabras, tuvo que añadir vida a su fe. ¿Cómo lo hizo? Le dio nombres nuevos. Cambio las palabras a las que estaban acostumbrados a oír. A Sarai la llamó Sara, que significa “princesa”, y a Abram lo llamó Abraham, que significa “padre de multitudes”. Que hermoso es meditar que Dios mismo le estaba llamando “padre de muchedumbre” a Abraham sin tener un solo hijo. Cada que alguien le saludaba: <<hola Abraham, ¿cómo estás?>> él escuchaba: “hola padre de multitudes”. Lo oyó tantas veces que empezó a creerlo como una verdad. Cuando a Sara le llamaban, de igual forma ella empezó a escuchar que los demás le decían: “hola princesa”. Esto sin duda alguna le ayudó a dejar de verse como una vieja estéril y empezar a vivir como una princesa. Al fin de esta historia, podemos ver a unos padres llenos de alegría al tener entres sus brazos al hijo de la promesa: Isaac.

       CONCLUSIONES
  • Es posible que te sea complicado creer lo que Dios está hablando a tu vida y más si es en contra de algún pronóstico humano.
  • Puede ser que estés viviendo algo que es sumamente en contra tuya, y no te imaginas ni siquiera como podría cambiar el curso de tu vida.
  • Pero quizás necesites empezar a escuchar cosas diferente en tu existencia a través de las palabras correctas.
  • No te debe de importar que tan imposible parezca algo, ni como te sientas, ni como lo lograrás…solo da vida a tu fe tal como lo hizo Abraham y Sara.


      REFLEXION
  1. Joel 3:10 dice: diga el débil, fuerte soy, la bendición de Dios llega cuando eres capaz de declarar lo contrario a lo que no te es de utilidad, ¿qué es lo que sueles declarar sobre tu propia vida.
  2. La gente que logra cambiar la perspectiva de su vida, siempre pasa tiempo a solas con Dios y se toma unos minutos cada día para declarar solo cosas buenas para sí, ¿habitúas a tener diariamente tu Devocional y a hablar positivamente de ti mismo?
  3. Dar vida a nuestra fe es desechar lo que atrofia la existencia y es darle realce a lo que Dios quiere bendecirte, ¿estás list@ para tener una mejor perspectiva de vida?
  4. Declara conmigo: “no soy víctima sino vencedor”, “Vienen cosas buenas para mí”, “Dios pelea mis propias batallas”, “se están abriendo nuevas oportunidades para prosperar en mi vida”, “Tengo la paz de Dios”, “mi mente está en paz”.
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              Pastor Oscar
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