jueves, 1 de diciembre de 2016

Riquezas desapercibidas

   

       EFesios 1:18-19 
       Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos.
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         Una anciana de una pequeña ciudad de Inglaterra había fallecido. Su hermana y su sobrino estaban a cargo de liquidar todas las pertenencias de su modesta casa. Para ello, contrataron a un rematador que se especializaba en liquidar propiedades, aun cuando fueran pequeñas, como en este caso.
         Aparentemente, eligieron a la persona indicada. Un especialista de su grupo de rematadores descubrió, entre las pertenencias de la anciana, un jarrrón de porcelana China del siglo XVIII que dijo podría tener algún valor.
          Imagínense la sorpresa cuando se vendió por $83 millones de dólares…$83 millones de dólares… y la dueña nunca lo supo. Seguramente ella trató ese jarrón como a todos los demás. Lo llenó de agua, le puso flores de estación, y lo acomodó sobre una mesa o en un estante de donde bien se podría haber caído y hecho pedazos.
          Seguramente se hubiera reído si alguien le hubiera dicho que, vendiendo ese jarrón, podría vivir holgadamente el resto de su vida. Pero nada de eso sucedió, y ella se murió sin siquiera saber que tenía un tesoro.
          Esas cosas suceden todo el tiempo, ¿no es cierto? No, no me refiero a que todos tengamos un objeto que vale millones de dólares. Me refiero a que todos tenemos muchas riquezas en nosotros mismos que pasan desapercibidas por no saber el gran valor que ellas tienen para nuestra vida. Riquezas en la salud. Riquezas en poder disfrutar de unos deliciosos alimentos. Riquezas en tener una gran familia. Riquezas en tener unos excelentes hijos. Riquezas en contar con un matrimonio. Riquezas en que funcionan nuestros órganos. Riquezas en tener un país libre y soberano. Riquezas de tener libertad de culto. Riquezas de poder disfrutar cada espacio de nuestra ciudad. Riquezas en nuestro trabajo. Riquezas de ser hijos de unos Buenos padres. Riquezas en ser parte de una Iglesia. Riqueza en una sonrisa que significa mucho, enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece, dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra Riquezas en la vida misma a pesar de que exista alguna capacidad diferente. La riqueza de una paz permanente y buena voluntad perdurable. Riquezas en tener a un Salvador de nuestras almas. Riquezas en tener a un Dios que nos ama. Riquezas en tener a a unos padres que nos protegen. Riquezas en nuestros bienes materiales.
       Todos tenemos tantas riquezas que son muy increíbles que poseer un jarrón de $83 millones de dólares. Lamentablemente, hay muchas personas que no lo creen. Quizás sea porque no piensan en ello y qué triste es morir sin saber lo que uno tuvo.

      CONCLUSIONES

La riqueza de la vida consiste mucho más en el disfrute que en la posesión

El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo.

Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra mayor riqueza, por lo tanto debemos de vivir hoy en día disfrutando del valor de esa riquezas.

La riqueza de la vida es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed te da…no dejes de tener necesidad de disfrutar la riqueza de tu propia vida.

¿Qué es la riqueza de la vida? Nada, si no se disfruta; nada, si se malgasta.

     REFLEXION
  •  Dios establece que existe una riqueza de su misma Gloria para cada uno de sus hijos, ¿sabes en qué consiste esa riqueza en tu vida?
  • La riqueza de la vida consiste en saber disfrutar lo que tienes, ¿la estas disfrutando o la desconoces?
  • Lo lamentable en la vida de cualquier ser humano es morir sin saber lo que uno tuvo, ¿cómo estás aquilatando las riquezas de tu vida?
  • Todos tenemos tantas riquezas que son muy increíbles que poseer un jarrón de $83 millones de dólares, ¿estás valorando a tus propias riquezas como algo incalculable?
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          Pastor Oscar
          Invitaciones a conferencias o talleres sobre estos temas y de liderazgo, llamar al 017351525825 ó escribe al correo: oscarhp07@hotmail.com

2 comentarios:

  1. La riqueza en Dios se mide por lo que podemos dar en todos los aspectos no por lo que retenemos. Hay mucha riqueza en nosotros.

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  2. Abre mis ojos, Señor, para que pueda ver y apreciar todas esas cosas que me haz dado y que no reconozco ni he agradecido por falta de vista espiritual.
    Amén
    Bendiciones

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