Job
5:9
El es al autor de obras grandiosas, que no se
pueden entender completamente. Sus obras maravillosas son incontables
La majestad del Dios
Incomparable se hace presentes en las tantas y tan grandes maravillas. Una de
las cosas que le fue encomendada al pueblo hebreo era la de contar de
generación a generación todas las obras maravillosas que Dios había hecho en
medio de ellos. Me imagino a un hebreo compartiendo a su dinastía las
maravillas de Dios en ellos de la siguiente manera:
Amados hijos,
nuestro Padre Celestial había instruido a Moisés para ir ante faraón y pedirle
que nos dejara libres de su opresión. Ante la petición, faraón se resistió y
vimos como cayeron sobre los egipcios diez plagas mortales, y aunque fueron
duras y tremendas, el corazón del faraón se enfureció más y no dejaba ir a los
hijos de Israel. Fue el día 21 del mes de nissan (abril) que por la noche
después de celebrar la pascua, se nos fue indicado tomar un manojo de hisopo para
mojarlo con la sangre que estaba en la jofaina, y tuvimos que untarla en el
dintel de la casa y en los postes de enfrente de la misma; no pudimos salir
sino hasta la siguiente mañana, pues la décima plaga sobrevino en los
primogénitos de todo egipcio al ser heridos por el Ángel de Jehová.
Al darse cuenta
el faraón, dio la orden a Moisés de salir de inmediato de su territorio. Todos
nos alistamos, era para los hebreos la oportunidad de salir de la esclavitud.
Fue un momento especial e inolvidable, no sabíamos lo que nos esperaba fuera de
Egipto, pero tomamos la promesa de Jehová Jireh, de que siempre nos iba a
ayudar y a proveer en nuestro caminar.
No habíamos
avanzado mas que unos cuantos días camino a la Tierra Prometida, cuando de
repente escuchamos estruendos de carros de guerra, caballos con sus jinetes,
soldados que avanzaban apresuradamente para alcanzarnos. Sus rostros mostraban
coraje, odio, rabia y rencor. Su rabia era la evidencia del dolor que les causó
la plaga que acabó con sus hijos primogénitos.
Nuestra gente se
empezó a atemorizar, no sabíamos qué hacer; estábamos en medio de una
encrucijada: atrás los egipcios dándonos alcance para matarnos y al frente un
Mar tan intenso e imponente que nos impedía seguir avanzando. Todos a una voz
clamamos: ¡Moisés! ¡Ora a Dios! Solo nos sacó de Egipto para morir frente a
este mar y en manos de los mismos egipcios!!!
Todos vimos
como Moisés se puso al frente y clamó fuertemente al Dios de los ejércitos:
Señor, ¡sálvanos que perecemos! De inmediato hubo una respuesta desde los
cielos ¿por qué clamas a mí? Di a mi pueblo que marche hacia delante!!!
CONCLUSIONES
- En realidad todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe asimilarlos de manera profunda, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios.
- Los que de veras buscan a Dios, dentro de los santuarios se ahogan, pues sus maravillas suelen mostrarse fuera de esas cuatro paredes.
- Cuando un pueblo trabaja para Dios, Él lo respeta; pero cuando un pueblo se maravilla de sus obras, Dios lo ama.
- Dios, aunque invisible pero a la vez Omnipresente, tiene siempre una mano tendida para ayudar y rescatar a su pueblo de en medio de sus adversario.
REFLEXION
- Job describió a Dios como el autor de grandes obras, ¿tu vida aprecia y valora lo que Él hace actualmente al bendecirte?
- La manera en que los autores de la Biblia narran los sucesos en los que el Poder de Dios intervino para bendecir a su pueblo, nos dejan impactado al saber que nunca duerme el que guarda a sus escogidos, ¿qué sucesos puedes tu contar a tus generaciones de lo que Él ha hecho a favor tuyo?
- ¿Puedes imaginarte la manera en que el Señor abrió a la mar para que su pueblo pasase en seco y quitar la opresión de los egipcios sobre ellos? ¿qué cosas sorprendentes han sucedido en tu vida que a través de tu testimonio pueden impactar a los que te escuchen?
- ¿Por qué clamas a mi? Di a mi pueblo que marchen, esta es la encomienda de Dios para su pueblo aún en medio de las adversidades, ¿estás caminando hacia delante o estás estancando por las opresiones que han venido a tu vida?
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